Un estudio de la Universidad de Clemson ha confirmado que soplar las velas de la tarta de cumpleaños aumenta en un 1400% las bacterias en la superfície de la tarta. “Es muy posible la transferencia de bacterias y otros microorganismos presentes en el tracto respiratorio de una persona a otra”.
O sea, que las bacterias son esos invitados sorpresa que tal vez podrían arruinarte la fiesta. Para demostrarlo, los científicos decidieron recrear las condiciones de una fiesta de cumpleaños: primero un poco de pizza y luego una simulación de un pastel, que consistía en un poco de cobertura untada en una base de espuma de plástico, con las velas protocolarias. Después de soplarlas, se recogía la superficie del pastel para empezar un cultivo.

Lo que más sorprendió a Paul Dawson, uno de los investigadores que participó en el estudio, fue cómo variaba la cantidad de bacterias que crecían en las muestras. En unas solamente habían aumentado 14 veces respecto al control, en otras más de 120. “Algunas personas soplaron sin transferir ninguna bacteria. Mientras que una o dos personas, por alguna razón… transfieren muchas bacterias”, explicó para The Atlantic.

Pero que nadie se alarme. “No es un gran problema para la salud según lo veo yo. En realidad, si haces esto 100 mil veces, la probabilidad de enfermar es mínima”, afirma Dawson. En nuestras bocas habitan miles de bacterias y la mayoría de ellas no son dañinas.

Pero como los caminos de la hipocondría son inescrutables, resulta que alguien ya había pensando en esto de los salivazos en los pasteles: Michael Tropeano creó la patente de una especie de encofrado para prevenir que bacterias sin invitación se acaben comiendo la tarta (y tu salud).