Gentileza

Comunicado del SPP:

“98 muertos por covid” fue el último titular que repicó anoche dentro de cada uno de nosotros, y hoy, en la celebración del día de los y las Periodistas, en medio de una tragedia nacional, como una organización de trabajadores de prensa estamos obligados y obligadas a decir esto con ímpetu, para que muerte nunca se vuelva costumbre, para que el poder deje de priorizar su propia agenda:

ESTAMOS POR LA VIDA, BASTA DE MUERTES

Saludamos en este 26 de abril a los familiares de los colegas fallecidos a lo largo de este año de pandemia, saludamos a los compañeros que todos los días están expuestos a contagios, muchas veces por irresponsabilidades de las patronales y otros por culpa de las mismas autoridades del gobierno.
Saludamos a los centenares que perdieron sus puestos de trabajo, quienes ante el abuso de las empresas no recibieron ningún apoyo estatal.
El periodista es un trabajador esencial para el sistema democrático, hoy su vida está expuesta en cada cobertura, y el año transitado nos ha mostrado con luto las consecuencias de los contagios masivos en medios privados y estatales.

Decimos Basta de Muertes y exigimos al gobierno acciones que garanticen la vida, la salud, el trabajo, la educación, la alimentación y la vivienda a todos los trabajadores en este contexto de pandemia.

Por otra parte, hoy se recuerdan 30 años del asesinato del periodista Santiago Leguizamón. El SPP acompaña a la familia en su exigencia de justicia que ahora está a instancias de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

Tres décadas después el estado paraguayo no solo no esclareció el caso sino que dejó impune a 15 de los 18 casos de asesinatos de periodistas que ocurrieron después.
Tres décadas después Pedro Juan Caballero, suelo sobre el que se derramó la sangre de Santiago, sigue siendo un es lugar silenciado por las amenazas, por las muertes de periodistas, por los atentados.

El SPP exige JUSTICIA para todos los periodistas que fueron víctimas de cualquier tipo de agresión, amenaza o atentado. Es el estado el responsable de garantizar la vida y el ejercicio de la libertad de expresión.
Que ni el poder político, ni la mafia, ni las patronales nunca más intenten acallar las voces de los trabajadores de prensa.