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Irving sí entrena con el equipo después de que la ciudad de Nueva York decretara que el HSS Training Center -las instalaciones del equipo en Brooklyn- es un edificio de oficinas privado y no se le deben aplicar las mismas restricciones que a los gimnasios, pero sigue sin poder disputar los partidos con sus compañeros al mantener su decisión de no querer recibir la dosis de la vacuna contra el coronavirus.

Una decisión que los Nets empiezan a asumir como definitiva como confesó el técnico canadiense de la franquicia Steve Nash: "Creo que empezamos a entender que no va a jugar partidos en casa", dijo el técnico canadiense después del entrenamiento que el equipo ofreció delante de sus aficionados en un parque en Brooklyn y en el que Irving participó con mascarilla. "Vamos a tener seguro que jugar sin él este año y su vuelta depende de cuándo, dónde y cuánto. Tenemos que seguir siendo flexibles y tener la mente abierta para intentar resolver la situación según vaya sucediendo".

El jugador siete veces 'all star' de la NBA sigue alimentando los rumores sobre su decisión y hace unos días colgó un mensaje que dejaba poco espacio para los dudas: "Estoy protegido por Dios y también lo está mi gente. Estamos juntos en esto". Una frase que ha levantado una gran polvareda y que hecha más gasolina a un incendio que puede llevarse por delante a los grandes favoritos para hacerse con el título de la NBA esta temporada.

La retirada es una opción

La actitud de Irving puede desencadenar en un adiós prematuro a la franquicia de Brooklyn y la fractura de un 'Big Three' llamado a reinar en la temporada de la NBA. Sin embargo, parece que por las oficinas de Nueva York empiezan a cansarse de la actitud del base y la palabra traspaso empieza a escucharse en el entorno de los Nets. Según adelantó Adrian Wojnarowski la franquicia podría prescindir del base este mismo curso al no aceptar su puesto como jugador a tiempo parcial por negarse a recibir la vacuna.

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