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La avioneta sufrió desperfectos en su único motor a pocos minutos del despegue y comenzó su descenso forzado antes de alcanzar los 300 metros de altura en la localidad de Mukilteo, cerca de Seattle.

Afortunadamente para el piloto, el modelo Piper PA32 rozó un cable eléctrico en su caída, lo que hizo que la nave pierda combustible. El hecho generó una bola de fuego que afectó a algunos vehículos, según informaron fuentes policiales, pero evitó que la nave explote al impactar con el suelo.

“Definitivamente sentimos la bola de fuego. Estamos agradecidos de estar vivos”, declaró Amanda Hayes, cuyo vehículo fue tocado por un ala de la avioneta, en declaraciones al portal King5.

Por su parte, Khal Nouri, quien estaba con su familia en un semáforo a pocos metros del hecho, indicó: “Creímos que moriríamos. Obviamente el piloto no quería impactar con ningún edificio o un lugar habitado y vio que la calle estaba vacía. Hizo un trabajo fantástico”.

Las autoridades confirmaron que no hubo heridos por el hecho. La pista permaneció cerrada por algunas horas y se reportaron algunos cortes de luz por el impacto en el tendido eléctrico.

Fuente: Infobae