Gentileza

Dicho todo esto, al Barça no le queda otra que buscar la gesta e intentar llevarse la victoria de Baviera. Siempre le quedará la posibilidad de que el Dinamo de Kiev le eche una mano en el otro partido del grupo. Pero, por si acaso, los catalanes deben pensar en sacar las cosas adelante por su cuenta, sin contar en ayudar de terceros.

Son muchos los motivos para pensar que ganar en Múnich está difícil, pero también hay argumentos para creer. Motivos para soñar y por los que aferrarse a ese clavo ardiendo que todavía les queda en esta Champions.

Un Barça mejor

Este Barcelona juega mejor que el que se llevó el 0-3 en el primer partido de la fase de grupos. Para empezar, la salida de balón desde atrás es mejor que la del Barça de Koeman. Eso será clave para intentar salir de la presión que el Bayern siempre pone para dificultar la salida de balón del rival. Esa presión ya hizo papilla al Barcelona en la Final a Ocho de Lisboa. Xavi se ha esforzado en explicar cómo salir de ella.

El factor Dembélé

En un equipo plagado de bajas como es este Barcelona, poder contar con alguien que marque las diferencias es una magnífica noticia. A los catalanes les faltan jugadores que marquen la diferencia en los últimos metros. Una figura como la de Ousmane Dembélé, que poco a poco ha ido cogiendo ritmo, puede ser decisiva en una noche como esta.

Las bajas del Bayern

Todo suma y todo puede ser deciviso cuando te encuentras en una situación tan delicada como la de los azulgranas. El Bayern también padece una enorme cantidad de bajas por lesión para este encuentro, lo que equilibra en cierta forma el partido de esta noche. Choupo-Moting, Goretzka, Kimmich, Gnabry y Sabitzer se lo pierden por no estar en condiciones físicas para jugar. Por ahí puede pasar la oportunidad para los culés.

Puerta cerrada

El hecho de jugar sin público no fue un problema para los bávaros en Lisboa, pero sí les puede pasar factura el hecho de jugar en su propio estadio sin público. Se les hará raro.

marca