Imagen ilustrativa. GENTILEZA

En las últimas horas del viernes, Guillermo Lasso declaró el estado de excepción en las provincias de Imbabura, Pichincha –Quito se encuentra allí- y Cotopaxi, ubicadas en las regiones centro y norte del país, donde se produjeron las protestas contra su mandato y sus políticas económicas.

El presidente aseguró durante un mensaje televisivo que está “comprometido a defender la capital” y a la nación. “Hay gente buena que está marchando para reclamar causas justas, demandas que todavía no hemos podido atender”, admitió.

Tras cinco días de manifestaciones, Lasso volvió a llamar al diálogo “a todas las organizaciones sociales” para consensuar una salida que conforme a las comunidades indígenas y dé por finalizadas las protestas, las cuales han aumentado en cuanto a su violencia.

Sin embargo, no detalló si esta convocatoria a una mesa de conversaciones incluía a la Confederación de Nacionalidades Indígenas (Conaie). Desde el lunes, la entidad provocó las marchas contra el mandato presidencial, el cual apenas cumplió su primer año.

Los reclamos incluyeron cortes intermitentes de rutas, movilizaciones en los principales centros urbanos y bloqueos a instalaciones petroleras.

En tanto que también han proliferado los enfrentamientos contra la policía, arrojando un saldo de 24 heridos y 37 arrestados por parte de los civiles, y diez militares y ocho policías lacerados. En Quito, los manifestantes intentaron derribar las vallas que rodeaban la casa de Gobierno.

Este estado de excepción tendrá una vigencia de 30 días de extensión y habilita el desplazamiento de las Fuerzas Armadas para respaldar a la Policía Nacional, la supresión de los derechos de asociación y de reunión, y un toque de queda nocturno en Quito que inicia a las 22 y termina a las 5.

La medida incluye además que “se restringe el derecho a la libertad”, lo que permite al Gobierno que “podrá requerir a los prestadores que operen redes públicas de telecomunicaciones la suspensión, degradación de calidad o limitación temporal de los servicios”.

Pasada la medianoche, el titular del Conaie, Leonidas Iza, acusó a Lasso a través de redes sociales diciendo que el mandatario “no pretende resolver los temas de fondo”. “Ratificamos la lucha a nivel nacional de manera indefinida”, añadió.  

En Guayas, donde ya existe un estado de excepción desde el 30 de abril por problemas de narcotráfico y violencia, el último viernes también suscitaron protestas.

Soluciones económicas

Durante el anuncio del viernes, Lasso comunicó que el valor del bono de desarrollo humano que se les otorga a la clase baja subirá de 50 a 55 dólares para “aliviar la difícil situación”. También condonará créditos vencidos de hasta 3.000 dólares en el banco estatal de desarrollo y subsidiará a los pequeños y medianos agricultores. Estas políticas tendrán efecto inmediato.

La Conaie exige una disminución en el precio de los combustibles, el cual ha subido entre mayo de 2020 y octubre de 2021, en el caso del diésel escaló un 90% (está 1,90 dólares el galón) y la gasolina un 46% (2,55 el litro).

La organización pretende que se reduzca a 1,50 el valor del diésel y 2,10 para la gasolina, algo que rechazaron desde gobernación.

En otro sentido, el presidente también describió que el sistema de salud pública nacional está en un momento delicado por la falta de medicinas.

Además, se refirió a la intención de duplicar el presupuesto de la educación intercultural y de abrir líneas de créditos de hasta 5.000 dólares para los agricultores con un plazo de 30 años. FRANCE24