La VoZ digital | La sorpresa del Mundial y la derrota de Argentina contra Arabia

2022-11-22 | 09:55

Mundial 2022

La sorpresa del Mundial y la derrota de Argentina contra Arabia
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El último cabezazo de Julián Álvarez mereció el último vuelo de Alowais, que apenas un par de minutos antes lloraba en el suelo consciente de que se había llevado por delante a su compañero Yasser, rodilla en el rostro tras salida suicida. Así estaba defendiendo Arabia un resultado que revienta el Mundial a las primeras de cambio. Morían con esa parada las opciones de Argentina, por mucho que el colegiado esloveno aún alargara el partido con casi cuarto de hora de prolongación. Sí, cuarto de hora. La primera matinal del campeonato se alargaba hasta la náusea, pero ni Messi acudía ya al rescate.

Porque el fútbol es indescifrable. Arabia no se había arrimado al Dibu en la primera parte ni para dar la bienvenida, pero atacó dos veces en el arranque de la segunda y resultaron suficientes para firmar dos goles con los que volteó el partido y vaya usted saber si el torneo. Bastaron dos resoluciones magníficas, la de Alshehri con la zurda abajo, la de Salem con la diestra arriba, después de que en el primer caso mediara una acción ganada a Romero, después de que en el segundo el propio goleador se procurara antes un giro delicioso y un quiebro no menos bueno.

Scaloni tomó cartas en el asunto ante la certidumbre de que el Mundial acababa de atropellar a sus jugadores. El triple cambio, de hecho, afectó a todas las líneas albicelestes. Costó aun así que se rehiciera el grupo, que apenas encontró un tipo con personalidad en la figura de Di María y una ocasión de Tagliafico bien resuelta también por Alowais. La tropa árabe defendía ya con todo, por lo civil y por lo criminal, de manera que coleccionó tarjetas amarillas y faltas cerca del área que se dieron por bien empleadas.

Argentina había salido a la cancha con gol a favor, dibujado desde uno de esos penaltis a capricho del tipo que utilice la tecnología. El del caso que nos ocupa andaba loco por la música a partir de un agarrón a Paredes y a mayor gloria de Messi, que de hecho se disponía a botar una pelota parada ajeno a lo que se estaba cociendo en la sala de máquinas. El resto lo pusieron la zurda del 10 desde el punto y un portero que en la única equivocación de la mañana se había acostado mucho antes de tiempo.

 

 

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