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Sobre todo, porque el primer contacto oficial promovido desde el Metropolitano se ha encontrado con un sonoro portazo en Mánchester. Pese a que todos los estamentos del Atlético entienden que se trata de un 9 que en condiciones normales está fuera de sus posibilidades económicas, también tenían el convencimiento de que si había una mínima opción de intentar su incorporación había que agotarla. Pero la cruda realidad, a día de hoy, es que el City se niega en redondo tanto a un traspaso (algo que no entraba en los planes rojiblancos por no disponer de los 80 o 100 millones a los que se dispararía) como a una cesión, la vía más factible.

Cabe recordar que, antes de llamar a la puerta del Eitihad, el Atlético había allanado la parte del camino que confluye en Julián Álvarez a través de los rojiblancos con los que comparte vestuario en la selección albiceleste. Con De Paul como gran nexo de unión, no sólo el punta conocería de primera mano la ilusión que despierta en el Metropolitano (desde la zona noble, a la Dirección Deportiva pasando por un Simeone que no es ajeno su potencial), sino que también se manifestaría una receptividad que llevaría a los arquitectos del proyecto rojiblanco a lanzarse formalmente a iniciar las conversaciones con el gigante inglés.

Una salida cerrada a cal y canto
Aunque la falta de protagonismo y la impotencia de vivir a la sombra de Haaland son los principales argumentos que empujan a Julián Álvarez a contemplar un cambio de aires y al Atlético a explorar la fórmula que haga posible su salida, la postura del City es ahora mismo inflexible, convirtiéndose en un auténtico muro. No se escuchan propuestas por el argentino, ni desde Madrid ni del resto de clubes europeos que han pulsado su situación.

De nada sirve, de momento, que de entre todos los que le ofrecen el rol de indiscutible del que no goza a las órdenes de Guardiola, el Atlético sea el equipo en el que mejor encajaría Julián Álvarez. Sin embargo, es precisamente la voluntad del jugador uno de los pocos resquicios que le quedarían a los rojiblancos, pues sólo su presión podría mitigar la postura de fuerza que muestra el todopoderoso gigante de Mánchester.

El otro clavo ardiendo pasaría por que sus dirigentes trataran de satisfacer a Pep lanzándose a por Rodrygo, lo que podría provocar un 'overbooking' en el ataque que pudiera hacer cambiar sus intransigentes planteamientos sobre una salida de Julián Álvarez. Hasta entonces, la única realidad ahora mismo es que el gran sueño del Atlético queda 'atrapado' en Mánchester, por más que dos de las tres partes implicadas llegaran a visualizar el salto de calidad que se alcanzaría con el argentino goleando de rojiblanco.

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