Imagen ilustrativa. GENTILEZA

El estadio Villa Alegre de Encarnación vivió una jornada para la historia este viernes 4 de noviembre al recibir el duelo entre Nacional y Sportivo Ameliano por la final de la cuarta edición de la Copa Paraguay.

Ameliano, con mucho corazón, se quedó con la Copa Paraguay luego de vencer a Nacional en la tanda de penales. El partido en los noventa minutos terminó empatado 1 a 1.

La primera mitad del partido fue muy favorable a la "v azulada", siempre protagonista atacando, presionando y  generando situaciones. El tricolor no se sintió cómodo en ningún momento, aunque tuvo apenas una situación de gol en la cabeza de Facundo Bruera (presagio de lo que se venía).

El zurdo y encarnaceno Elías Sarquis fue el que abrió el marcador, con un tremendo remate de zurda tras una gran jugada previa de Jorge Sanguina. El volante venció a Santiago Rojas, quien pudo llegar al balón pero no desvió lo suficientemente para impedir el tanto.

En ese primer tiempo también se dio una jugada que cambió el partido, porque Abel Paredes vio la segunda amarilla y por ende la roja, dejando a su equipo con diez a pocos minutos del final de la primera mitad.

En la complementaria, Nacional fue con más fuerza en busca del empate y lo consiguió a los 55 minutos, cuando el goleador de siempre, Bruera, de cabeza aprovechó un rebote y venció al portero Cristóforo. El "Tricolor" parecía que se llevaba por delante a la "v azulada", pero tal cosa no sucedió porque los de Pumpido resistieron todos los ataques a pesar de estar diezmados.

El juego terminó empatado 1-1 y todo se tenía que definir en los penales, la lotería que lo llaman muchos. En esta definición, arrancó mal la cuestión para Ameliano, ya que Cristian Gaitán falló el primer penal, mientras que Nacional parecía fino en la pena máxima.

Hasta que llegó el cuarto penal que cambió todo, porque Santiago Rojas parecía que le iba a romper el arco a Cristóforo, pero finalmente el portero uruguayo le ganó la pulseada a su colega, detuvo el tiro y revivió a la "v azulada".

Sanguina, la gran figura del campeón Ameliano, se encargó de la quinta ejecución y no falló, además, dejando toda la responsabilidad en el rival, Juan Franco, que tenía que marcar sí o sí para que siga la tanda. Pero no, el tricolor remató afuera y Ameliano gritaba magníficamente campeón de la Copa Paraguay por primera vez en su historia. Versus