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Primero fue tantear a la Araña, para lo que se involucraron tanto sus compañeros rojiblancos de la selección, De Paul y Molina, como el propio Simeone y ver que su receptividad podía poner en marcha un fichaje que, por entonces, resultaba utópico.

Incluso imposible, pues el Manchester City, mucho más poderoso económicamente que el Atlético, dejaría claro que Julián Álvarez no estaba en venta y que seguía entrando en los planes de Guardiola como recambio de Haaland.

Precisamente por ahí vendría el siguiente paso clave de la operación: la presión del jugador. Julián Álvarez no tendría reparos en reconocer, tanto pública como privadamente, que su rol a la sombra del goleador noruego le hacía plantearse un cambio de aires. Un mensaje rápidamente captado por un Guardiola nada partidario de tener a futbolistas descontentos en su plantilla.

De hecho, no sólo Pep leería entre líneas, sino que sería entonces cuando el Manchester City también cambiaría su postura y empezara a avenirse a abrir las puertas a Julián. Eso sí, no a cualquier precio, sino al de todo un campeón del mundo por más que se tratara de su jugador número 12.

Un proyecto a la medida para ganar el pulso al PSG
Con Julián en el mercado, el Atlético aún tendría que sortear otro obstáculo. La entrada en escena de un PSG que le ponía 10 millones de euros por temporada en la cuenta corriente del argentino. Sin embargo, desde el Metropolitano se reforzaría la convicción de la Araña explicándole un proyecto del que debía ser el jugador franquicia. Incluso Griezmann, el hombre que le acabara cediendo su legado de máxima estrella cuando ponga rumbo a la MLS, también le haría guiños para que la próxima campaña abanderen al equipo.

Llegados a este momento, faltaba el remate, que si bien es el más importante a la vez que complicado, no habría sido posible sin los pasos anteriores: la negociación con el City. Sin embargo, el Atlético también iría cumpliendo su hoja de ruta para afrontarla en condiciones de poder asumir una operación de este calado.

El Chelsea, un 'aliado' en escena
Tras mantenerse firme en su idea de no pagar más allá de los 34 fijos invertidos en Le Normand tanto en el fichaje de Sorloth como en el resto de negociaciones (Hancko, Gallagher, Javi Guerra, Dovbyk...), el Atlético está en disposición de asumir los alrededor de 70 que ahora le exigen el City. Serán más con las variables que se discuten, pero en el Metropolitano han ganado músculo económico para cumplir su sueño.

En este sentido, Samu Omorodion financiará una parte de ese fichaje que, ahora sí, ya negocian intensamente entre Madrid y Manchester. Así, aunque en el Atlético pensaban en un principio que podría tener cabida en la plantilla, la posibilidad de hacer caja para traer a Julián Álvarez disipa cualquier debate, de ahí que al mismo tiempo que se habla con el City, también se ha abierto otro diálogo con el Chelsea

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