2020-06-11 | 18:32
Pandemia COVID-19Coronavirus: Los tapabocas son el arma para evitar un rebrote de contagios
Una simulación con 60 millones de personas muestra que si todas llevaran mascarilla la mayor parte del tiempo no se produciría segunda o tercera oleada de la pandemia de coronavirus. Incluso con porcentajes mucho menores, la propagación de la covid-19 bajaría de su índice de reproducción (número básico de reproducción o R0) sin necesidad de las medidas más extremas de confinamiento, reseña Miguel Ángel Criado en El País de Madrid, a partir de un estudio publicado en Proceedings of The Royal Society A.
A pesar del escepticismo de muchos, de acuerdo a los autores del estudio, cubrirse la cara masivamente permitiría ganar tiempo para el hallazgo de la vacuna.
Hasta la aparición de la pandemia de covid-19 habían sido pocos los estudios sobre la eficacia de cubrirse boca y nariz para frenar la propagación de un virus.
La mayoría de los estudios más recientes estaban focalizados en el brote de SARS registrado en 2003, y tal vez por eso la Organización Mundial de la Salud (OMS) y muchos gobiernos tardaron demasiado en recomendar o imponer su uso.
Un par de modelos matemáticos diseñados por científicos británicos muestran que algo tan sencillo como un tapabocas puede ser la primera y eficaz línea de defensa contra el coronavirus.
Su trabajo, informa Miguel Ángel Criado, que usa a la población del Reino Unido para su simulación, se alimenta de datos reales de infectados y un ritmo de contagio previo a las mascarillas similar al máximo alcanzado por una decena de países europeos.
Con estos y otros parámetros epidemiológicos, intentan responder a la siguiente pregunta: ¿qué grado de adopción de las mascarillas haría falta para rebajar el R0 a menos de uno? Bajar de esa cifra implica la desaparición de la epidemia en un mayor o menor lapso.
"Nuestros análisis respaldan la adopción inmediata y universal de las mascarillas", dice el principal autor del estudio, Richard Stutt. "Si combinamos el uso masivo de las mascarillas con la distancia física y cierto grado de confinamiento, se podría gestionar de forma asumible la pandemia al tiempo que se recupera la economía mucho antes de que haya una vacuna efectiva", añade.
Los resultados del estudio, señalan que si al menos la mitad de la población llevara mascarilla en público, el ritmo de contagio bajaría de ese R0 = 1. Como se ha demostrado, la curva de la pandemia no tira hacia abajo hasta que se logra ese umbral. Con porcentajes cada vez mayores de gente cubriéndose la cara, el modelo indica que ese R0 se acercaría cada vez más al cero.
Según esta investigación, en la situación ideal de que toda la población se pusiera la mascarilla, aquel R0 se mantendría bien por debajo de 0,5. Más importante aún: se evitaría una segunda o tercera oleada si las máscaras se complementan con confinamientos puntuales y parciales al menos durante 18 meses, tiempo que se cree suficiente para la obtención de la vacuna. El problema, como reconocen los autores, es que estos escenarios son una simulación que parte de una serie de suposiciones.
El temor de algunos científicos es que el uso generalizado de las máscaras genere una aparente sensación de seguridad.
"No hay pruebas de que llevar mascarilla lleve a una relajación de otras medidas", rechaza en un correo la profesora de atención primaria de la Universidad de Oxford (Reino Unido) Trish Greenhalgh. Para ella, el estudio apoya la idea de que "los beneficios de cubrir la cara para reducir la infección entre la población superan a los potenciales daños del uso incorrecto".
Fuente: UyPress
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