Imagen ilustrativa. GENTILEZA

Estudios científicos recientes, a nivel mundial, avalan que una persona físicamente adulta, que practica entre 30 a 60 minutos de actividad física diaria desarrolla una barrera protectora poderosa contra ocho tipos de cánceres en un 30 a 50% de los casos.

Los ocho cánceres que pueden prevenirse con un estilo de vida activo son: el cáncer de mama, de vejiga urinaria, el cáncer de colon, de endometrio, esófago y riñón, así como el cáncer de estómago y pulmón, según refiere el Reporte Científico del Comité Consultivo de las Guías de Actividad Física 2018, constituido en la base documental de la elaboración y publicación de las Nuevas Recomendaciones de Actividad física y comportamiento sedentario (OMS 2020).

En Paraguay, los datos epidemiológicos de los últimos años reportan una prevalencia de cáncer que incluye a cinco de los citados más arriba y que son Cáncer de mama, colon y recto, pulmón, esófago y estómago.

En función a estos resultados, la Dra. Mirta Ortiz, encargada de Promoción de la Actividad Física del Ministerio de Salud destaca la importancia de construir y mantener un estilo de vida activo con la realización de ejercicios físicos que estén al alcance y sean del agrado de cada persona. Refiere que la práctica de actividad física debe llevarse a cabo desde edades tempranas para crear un hábito saludable natural, pertinente y de disfrute.

Entre los efectos favorables para la salud que se obtienen al realizar movimientos de diversos tipos, la médica destaca aquellos que competen al ámbito mental, ya que imprimen un estado de ánimo positivo, ayuda a un mejor manejo del estrés, a la estabilidad emocional y a superar situaciones difíciles y cotidianas de la existencia humana.

Ejercicios físicos recomendados para prevenir cáncer

Las nuevas Guías de actividad física de la OMS 2020 recomiendan realizar actividad física variada y adaptada a la capacidad física individual, sumando un total semanal entre 150 a 300 minutos, fraccionados en únicas o numerosas sesiones de tiempo y complejidad de ejercicios.

El tipo de ejercicio físico será en mayor proporción aeróbico (3 o 4 veces a la semana), con intensidad de 50 a 75% de la frecuencia cardíaca y adicionando dos sesiones semanales de ejercicios de fuerza muscular, flexibilidad y equilibrio.

Entre los ejercicios aeróbicos se encuentra la caminata, trote, baile, pedaleo, natación y como ejercicios de fuerza, realizar sentadillas (al cultivar una huerta o trabajar en el jardín), levantamiento de pequeñas pesas (botellitas de 0,5 a 1 kg cargadas con agua o arena).

En el caso de personas que no realizan cotidianamente ejercicios, la clave es ir de a poco, empezando con pocos minutos por sesión (5 a 10 minutos) varias veces al día, o solo dos, por la mañana y la noche. 

El uso de gradas o escaleras es otra opción recomendable para ejercitarse y fortalecer los músculos, mejorar la circulación del corazón, pulmones y cerebro, además de favorecer la densidad de los huesos para prevenir fracturas.

Otro aspecto del estilo de vida activo es disminuir el tiempo de estar sentado o estar acostado, excluyendo las 8 horas de sueño reparador por día.

En caso que el diagnóstico de cáncer se haya establecido y las condiciones médicas lo permitan, la persona podrá realizar sesiones de movimiento en función a la certificación del médico tratante, bajo supervisión estricta de un profesional especializado en el tema. Esto facilitará el proceso de recuperación, mejorará la calidad de vida, e incluso aumentará la sobrevivencia.

La Dra. Mirta Ortiz expone que la situación epidemiológica de COVID-19 que sigue afectándonos crudamente a nivel nacional no debe ser impedimento para movernos. “Debemos crear las instancias pertinentes para generar los espacios disponibles (casa, patio, veredas, plazas, lugar de trabajo, y otros espacios familiares y públicos) ajustando a las normas del protocolo sanitario vigente del Ministerio de Salud”, aduce la encargada de Promoción de la Actividad Física.